Un McDonald’s de Belgrano instala un sanitario adaptado

La cadena de comida rápida Mc Donald’s abrió su primera sucursal en en 1986, en los Arcos Dorados, 33 años después instala un baño adaptado en la sucursal en Av. Cabildo 2254.

El mencionado local, ubicado entre las calles Olazábal y Mendoza, en pleno corazón del Barrio de Belgrano en nuestra Comuna 13, ese lugar recién ahora, 33 años después de su inauguración cuenta con un sanitario adaptado en la Planta Baja para el uso de clientes con movilidad reducida.

Tal como sucede con algunos lugares de recreación y esparcimiento como los shopping, por ejemplo, a la hora de elegir locales gastronómicos a donde ir a comer, muchos pensamos en Mc Donald’s como la primera opción. Tendemos, sobre todo aquellos nacidos de la década del ’80 en adelante o los que tenemos hijos o nietos nacidos en esa época, a considerar la errónea pero naturalizada idea de que todos sus locales cuentan con las condiciones de accesibilidad necesarias para garantizar a las personas con movilidad reducida el ingreso, circulación y permanencia, de manera autónoma, cómoda y segura, en igualdad de condiciones con los demás clientes. Sin embargo, nada más alejado de esta creencia. Los poderes mágicos de Ronald McDonald -mascota oficial de la reconocida cadena de comida rápida norteamericana-, lamentablemente, no son un atractivo del que todos los niños puedan disfrutar, por nombrar solo un ejemplo.

Son muchos los Mc Donald’s en la Ciudad de Buenos Aires -Avenida Corrientes 1267 y 1600, respectivamente, Avenida Santa Fe 4280 y calle Florida 750, por nombrar sólo algunas sucursales- los que todavía privan a los clientes con movilidad reducida de visitar sus instalaciones por no contar con rampa en sus ingresos, sanitarios adaptados y/o plataformas elevadoras que conecten la Planta Baja con los niveles superiores. Pensemos, por ejemplo, cuántos niños con discapacidad motriz quedan excluidos no sólo de la posibilidad de festejar ahí sus cumpleaños sino también de asistir a los festejos de cumpleaños de algún chico de su propia familia o de aquellos compañeritos de colegio que eligen celebrar en un Mc Donald’s inaccesible.

Cabe señalar que cualquier espacio público o privado que no posee las correspondientes condiciones de accesibilidad, de acuerdo a la normativa vigente, es un lugar que no tiene en cuenta la participación de la población con movilidad reducida en los circuitos de producción, intercambio y consumo de bienes y servicios, tanto materiales como simbólicos.

En el caso de Mc Donald’s, una compañía multinacional que está presente en muchos países en todo el mundo, la vulneración del derecho a la accesibilidad física, primordial para el ejercicio de otros derechos fundamentales, resulta inexplicablemente contradictoria. Porque, por un lado, hace 28 años, de la mano de Fundación Discar, lleva adelante un Programa de Inserción Laboral para Jóvenes con Discapacidad pero, por otro, aún hoy, muchos de sus locales no son aptos para todos. En consecuencia, habrá que bregar para conseguir que cada vez más Mc Donald’s, así como también demás locales gastronómicos, adecuen sus instalaciones a los requerimientos de los clientes con dificultades de movilidad.